La persona promedio está acostumbrada a evaluar al mensajero, y no al mensaje.
Fulano dijo tal, y Fulano tiene un doctorado en X, trabaja para Y y es amigo de Z, por lo tanto, "tal" ha de ser cierto.
La cultura de la confianza en las "autoridades".
Confiamos en las "autoridades" médicas, intelectuales, legales, de noticias, religiosas, y así la lista.
Mas nunca nos detenemos a evaluar el mensaje.
Evaluar el mensaje requiere un involucramiento mental.
La persona promedio es perezosa mentalmente hablando.
Lo anterior no es un insulto, es una realidad.
Eso no quiere decir que la persona promedio sea imbécil o bruta.
Solo quiere decir que ha sido adoctrinada a no pensar.
Ha sido adoctrinada a aceptar.
Ha sido adoctrinada a seguir a la masa de gente que acepta lo que la "autoridad" le dicta.
Como en un salón de clases de educación primaria.
La nueva era informacional exige y demanda un consumidor de información que tenga los filtros mentales adecuados.
La nueva era informacional exige y demanda que el consumidor de información evalúe no solo al mensajero, sino principalmente al mensaje.
Robert Kiyosaki, en su libro Padre Rico, Padre Pobre, dice que la diferencia entre un hombre rico y un hombre pobre es que el pobre dice "Yo no puedo comprar eso" y el rico dice "¿Cómo puedo comprar eso?"
Lo primero es una declaración.
No hay más que hacer.
Está dicho, el pobre se ha declarado incapaz e impotente.
Lo segundo es una pregunta.
Pone el cerebro a funcionar.
Incita al análisis y al uso de la observación, evaluación y juicio.
Es la diferencia entre un perezoso mental y una persona que utiliza activamente su cerebro.
En la era informacional, el perezoso mental dice "no puedo saberlo", "nadie puede tener la verdad absoluta", "todo son puntos de vista".
El verdadero Libre Pensador se pregunta "¿Cómo puedo saberlo?" "Hay cosas que ya sé que son ciertas y cosas que ya sé que son falsas, ¿puedo contrastarlas con esta nueva información que acabo de recibir para confirmar o invalidar su veracidad?"
De nuevo, el primero es un signo de pereza mental.
Nuevamente está dicho, el perezoso mental prefiere esconder la cabeza en la arena (a sabiendas o no).
El cerebro se apaga y que la vida siga mientras yo tenga mi bistec, mi vieja y cerveza proverbial.
El segundo es una operación activa de indagación.
Nuevamente, es poner el cerebro a funcionar.
Es utilizar el Poderoso Guardia Informacional con el que cada uno de nosotros contamos.
Nuestro Juicio, nuestra Razón, nuestra capacidad discriminativa.